Si me miro con mis ojos
«Se les abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban desnudos» (Gen 3, 7)
Ya sé lo que veo. Lo de todos los días. Manías, deseos, motivos. Recuerdos, esperanzas. Complejos. Éxitos y fracasos. Vanidad. O autocrítica. Heridas. Ausencias. Buenos y malos momentos. Me pienso con las ideas de siempre. Conozco bien mis palabras. Sé cuáles son sinceras y cuáles no. Sé lo que me gusta de mí y lo que me enerva. En el mapa de mi vida destacan con fuerza unos nombres, y otro se me pasan desapercibidos… si me miro con mis ojos. Si me miro con mis ojos sigo girando, eternamente en torno a mí mismo. (Yo, me, mí, conmigo…).
¿En qué me veo mal?
Poema a ciegas
Está faltando la luz y
escribo el poema a ciegas
en la hoja de un viejo calendario.
Por primera vez me doy cuenta
que las palabras son vanas
y vano es nuestro entendimiento
si en la noche la tinta
no logra desprenderse de
la oscuridad del cielo
y mi poema no logra
iluminarme el camino
adentro mío
y si tú no estás conmigo
para darme consuelo
de esta amarga palidez
del alma obscura.
(Silvia Favaretto)