El mal que hiere
«David se puso furioso y dijo a Natán: '¡Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte! No quiso respetar lo del otro, pagará cuatro veces su valor…'. Entonces Natán dijo a David: '¡Ese hombre eres tú!'» (2Sam 12, 5-7)
Si alguna vez le has fallado a quien quieres sabes de qué te hablo. Entonces comprendes lo que es el dolor por las acciones. Entonces te das cuenta de lo humano que es el arrepentimiento. No sé, hoy en día hay muchas personas que siempre se reafirman en sus seguridades, no se arrepienten de nada, no lamentan nada… Pero créeme, si alguna vez hieres a quien te importa, por tu propio egoísmo, entonces entenderás lo que es el pecado, y lo que es la necesidad de perdón...
¿He fallado alguna vez a alguien querido?
¿Qué aprendí entonces?
Aquí estoy, Señor
Aquí estoy Señor,
arado de arriba abajo,
despojado de la vieja cosecha,
sin una sola hierba verde.
Aquí estoy Señor,
la reja de hierro
me ha volteado
de dentro afuera
y ha sacado al aire
la entraña frágil
y la piedra dura.
Aquí estoy Señor,
todo entero al sol que quema
y al rocío de la noche
puro surco rajado,
herido de esperanza,
abierto para la nueva siembra.
Aquí estoy Señor.
(Benjamín González Buelta)