Que puedan contar conmigo

«Pero Rut contestó: ---No insistas en que te deje y me vuelva. A donde tú vayas, yo iré, donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo será el mío, tu Dios será mi Dios» (Rut 1, 16)

Para las horas de esfuerzo, para los días en que hay que buscar soluciones, para los problemas y para las fiestas. Que mis gentes sepan que estoy ahí, y que se lo demuestre una y otra vez. Que mi vida sea proyecto y sueño compartido. Que mi vida se abra a un mundo que llama, grita, pide y da. Que me complique con las personas, con sus esfuerzos y con sus dudas. Que cuando me pidan diga “sí”, cuando me busquen puedan hallarme; cuando me necesiten esté ahí. Esa es un poco la raíz de la vida, el saberme parte del horizonte de los otros.

¿Me siento parte de la vida de otros?

¿Me sé disponible, entregado, abierto a las necesidades de las personas?

¿Me siento más proclive al “sí”, o a dar largas?

El amor te convierte

 

El amor te convierte en rosal

y en el pecho te nace

esa espina robusta como un clavo

donde el demonio cuelga su uniforme.

 

Al tocar lo que amas te quemas los dedos,

y sigues, sigues, sigues hasta abrasarte todo;

después,

              ya en pie de nuevo,

tu cuerpo es otra cosa,

...es la estatua de un héroe muerto en algo,

al que no se le ven las cicatrices.

 

Gloria Fuertes

PastoralSJ
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