Si me pesa el presente

«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios»

A veces me asalta el desánimo. Me parece que esto es una lucha interminable, que el día a día me desborda, y que siempre va a ser igual. Hoy son los estudios; mañana el trabajo; hoy son amistades complicadas; mañana amores difíciles; hoy son esfuerzos estériles; mañana proyectos que me desbordan; hoy son dudas sobre quién soy; mañana también. Y entonces me pregunto: ¿a dónde va mi vida? ¿Qué estoy haciendo? Y de nuevo tu palabra me abre horizontes...

En las horas de agobio... dame frescura
En las horas de enfado... dame risa
En las horas de opresión... dame libertad
En las horas de odio... dame respeto
En las horas de intransigencia... dame tolerancia.

Si (II)

 

Si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.


Si todas tu ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar.


Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.

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