Seguir
«El Señor le respondió: ---Anda, levántate. ¿Qué haces ahí, caído rostro en tierra?» (Jos 7,10)
En esos momentos hay que seguir, salir adelante, no tirar la toalla. Porque al final las tormentas dan paso a tiempos tranquilos. Porque, pese a la lentitud, las cosas se mueven, y los muros siempre tienen alguna fisura. Habrá que morderse la lengua a veces, porque hay palabras que no tiene sentido decirlas si sólo van a causar daño; y otras veces habrá que hablar, para buscar salidas a tantas pequeñas crisis cotidianas. Pero siempre seguir, seguir con tus estudios o tu trabajo, con tus proyectos, aunque no parezcan conducir a ningún sitio. Seguir adelante, en las relaciones importantes, en las búsquedas compartidas. Seguir, aun cansado. Seguir, sabiendo que, en tu fatiga, tu lucha y tu hartazgo, también Dios te acompaña…
Recita esta semana, con calma:
Dame fuerza para seguirte,
valor para entenderte
libertad para anunciarte,
amor para vivirte…
Si te sientes como una bayeta
Si te sientes como una bayeta
como una colilla
como una cáscara,
no riegues tu tristeza,
no existe tu fracaso
(¡el fracaso es el suyo!)
el del que te usó para limpiarse
y te tiró como bayeta vieja,
el que aspiró tu energía,
te disfrutó y pisó, como a colilla usada;
el que mordió tu fruto
y tiró lo que quedo de ti
la monda y lironda cáscara de terciopelo.
Si eres bayeta,
colilla
o cáscara
¡siémbrate en ti!
Y vuelve a florecer en un cuadro,
en un poema,
o si cáscara,
en el manjar de un niño hambriento.
(Así hice yo.)
Gloria Fuertes