
Resistir
«¿Qué fuerzas me quedan para resistir?, ¿qué destino espero para tener paciencia?» (Job 6,11)
No dejar que lo sombrío te atrape. No dejar que las preocupaciones pesen tanto como para tapar la alegría profunda. No olvidar lo sencillo. No dejar que lo urgente aplaste a lo importante. Aceptar el fracaso como un don, y el esfuerzo como un camino. Plantar cara a los problemas sin venirte abajo. Sonreír, aunque cueste. Releer las bienaventuranzas. No caer en la acidez o el cinismo. No buscar culpables, sino soluciones. Levantar la vista y ver más allá de lo que te pesa. Llorar si te hace falta, pero para luego secarte el rostro y seguir adelante, que tantos otros lloran, y tal vez sin ti no encuentren consuelo. Confiar en alguien, al menos un rato, y en Dios todo el tiempo.
Puedes rezar:
por los que se rinden,
por los tristes
por los que viven aplastados por tantas cosas
por los que no Te tienen, Señor…
Renacer
No volveré a tropezar con la misma hiedra.
Estoy segura que una luz que no sale del sol
está iluminando mi ruta,
por mi parte haré que me crezcan los ojos
sin descanso, vengo nadando
desde hace diez años,
mejor dicho, desde que nací, vengo nadando,
mis pulmones han tragado mucho agua,
mejor dicho, mucho llanto,
el corazón me sabe a sal
pero mis pulmones le arropan.
Hace unos días
cuando creí que no,
resultó que sí.
Llegué a esta especie de isla sin nombre
a la que no sé cómo llamar.
Gloria Fuertes


