... y creer

«Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: 'Para los hombres es imposible. Pero no para Dios, porque nada es imposible para Dios'» Mc 10, 27

No quiero pensar que es sólo un sueño, ni convertirlo en una ilusión imposible. Hay muchas metas posibles. Hay muchos caminos que hollar, infatigable. Hay que creer en lo posible. Con mayúsculas y sin rebajas: la Paz  y el Pan para todos; la Casa donde siempre hay estancias libres para el desvalido; los Brazos que nunca se retiran, prestos a sostener siempre al que se desmaya; el Amor en las vidas; crecer con Sentido; Servir a quien necesita una  Palabra amiga, un Corazón cercano y un Hogar acogedor; Dios que nunca nos abandona. Tal vez, como los sueños, estos deseos no terminan de materializarse. Quizás a ratos se evaporen, o me pierda en lo cotidiano, pero me alegro de que estén ahí, como aquellas constelaciones que guiaron caminantes en noches oscuras. Como un mapa que me ayuda a descubrir esos parajes donde somos más Hijos y más hermanos.

¿En qué creo?

¿Qué horizontes me empujan a avanzar en la vida?

¿Hacia dónde voy? ¿A qué?

Posibilidades

 

Prefiero el cine.

Prefiero los gatos.

Prefiero los robles a orillas del Warta.

Prefiero Dickens a Dostoievski.

Prefiero que me guste la gente

a amar a la humanidad.

Prefiero tener a la mano hilo y aguja.

Prefiero no afirmar

que la razón es la culpable de todo.

Prefiero las excepciones.

Prefiero salir antes.

Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.

Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.

Prefiero lo ridículo de escribir poemas

a lo ridículo de no escribirlos.

Prefiero en el amor los aniversarios no exactos

que se celebran todos los días.

Prefiero a los moralistas

que no me prometen nada.

Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.

Prefiero la tierra vestida de civil.

Prefiero los países conquistados a los conquistadores.

Prefiero tener reservas.

Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.

Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas

      del periódico.

Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.

Prefiero los perros con la cola sin cortar.

Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.

Prefiero los cajones.

Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado

a muchas otras tampoco mencionadas.

Prefiero el cero solo

al que hace cola en una cifra.

Prefiero el tiempo insectil al estelar.

Prefiero tocar madera.

Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.

Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad

de que el ser tiene su razón.

 

Wislawa Szymborska

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