En un corrillo de esos que hacen los alumnos de 4 años, les oí hacerse la pregunta de ¿quién es Dios? Uno dijo que es «un taco» y ahí se formó un pequeño debate que sentenció otro con la frase: «Dios es un señor». No me sorprendió la hondura de la pregunta porque los que tenemos la suerte de estar con niños, sabemos que ellos manejan la profundidad de forma muy natural.
Siempre me hacen ir a casa con sus mismas preguntas y esta fue la respuesta que yo me dí:
Dios es un Padre. Bueno, Él sabe cuál es su tarea y la cumple.
El padre que te arropa por la noche y te dice «cálmate y descansa» cuando le cuentas a bocanadas tu día.
El que te despierta temprano con cariño porque que toca ir a trabajar.
El que te marca el camino cuando te despistas y te recuerda que no todo está bien.
El que está siempre, no falla, aunque tú lo hagas.
El que cuando renuncias a la Vida te grita desde donde estás, a tu lado: «Levántate».
El que cree en ti más que tú mismo y, cuando te mira, ve tu vida convertida en un gran sueño.
Él es el Camino, la Verdad y la Vida.