- Porque tiene las ventajas de tantas miniseries británicas: excelente producción, pocos capítulos, principio y fin.
- Por un guion que entra de lleno en infinidad de cuestiones contemporáneas sobre las que merece la pena una reflexión
- Por un casting muy acertado, en el que cada personaje brilla en sus momentos (con especial referencia a Emma Thompson, cuya Vivienne Rook es creíble y detestable a partes iguales)
- Por la banda sonora de Murray Gold, intensa y agobiante en ocasiones, que recuerda las composiciones de Max Richer para otras series de HBO como The Leftovers
