- Porque, sin grandes artificios, logra sorprender.
- Por un lado, el guion es brillante.
- Por otro, los actores (el gran Ricardo Darín, cara muy conocida en el cine argentino) logran meternos en el bolsillo desde el primer momento. A Marcos probablemente lo aborrezcamos y siempre estaremos al lado de Juan por su cara de buen tipo y su manera de gestionar las contrariedades que van sucediendo. De alguna manera consiguen que nos posicionemos, que permanezcamos en vilo.
- La película engancha desde el principio. Y es que, al final, un guión y un elenco buenos siempre funcionan. Lo demás es secundario.
Sinopsis
Buenos Aires. Juan y Marcos son dos estafadores de poca monta, uno joven y un veterano en el arte del timo, que casualmente se ven envueltos en un asunto que les puede hacer millonarios: tienen menos de un día para cometer una estafa que no puede fallar.
¿Por qué ver "Nueve Reinas"?
Para pensar
- Juan y Marcos son dos estafadores. Son delincuentes. Unos auténticos maestros del engaño. Todo en la película parece turbio, las relaciones son hostiles. Pocas sonrisas, solo cuando se salen con la suya. Son tramposos pero tienen muchas aptitudes: son hábiles, son rápidos, se fijan en los detalles y son intuitivos. Utilizan todas sus capacidades para delinquir, para hacer el mal. Sin embargo, ¿qué sucedería si todas aquellas las utilizasen para algo bueno? ¿Es más fácil obrar mal que bien? Toda habilidad puede ser buena o mala dependiendo del uso que se haga de ella.
- No obstante, hay diferencias entre los personajes. Marcos (Darín) no tiene escrúpulos. Vende a todo el mundo que tiene alrededor. No hay límites. Él es el centro de su vida y nada más. La frase «No hay santos, lo que hay son tarifas diferentes» viene a decir que todo el mundo tiene un precio. ¿Crees que es así? ¿Hay límites inquebrantables?
- Juan, en cambio, parece diferente. Siempre un paso por detrás de Marcos, tiene miedo. No parece fiarse de él del todo. Sin embargo, le sigue. En ese mundo en el que nadie confía en nadie, muchas veces y en momentos puntuales, necesitan confiar en una única persona para dar un golpe. ¿Consideras la confianza como algo inherente en el ser humano? ¿Se podría vivir sin confiar en nadie?
- Hay dos escenas que definen bien cómo es Juan. La primera es la escena de la visita a su padre mientras juegan a las cartas. Podría ser una manera de hacer ver a su hijo que siempre habrá alguien mejor que tú cuando te crees el mejor, el más rápido, el más habilidoso. Y la segunda es la escena en la que Juan va en el metro y el niño le vende una estampita. Todo lo gris que es esta película trata en cierto modo de reflejar pobreza, necesidad, situaciones complicadas. El niño coge el billete porque es lo que debe hacer. Necesita comer. Pero Juan le da el coche porque no deja de ser un niño. Y sonríe. De hecho, es de las pocas sonrisas que salen a lo largo de toda la película.