- Porque nos acerca a una vida distinta de la gran metrópoli de Francia, a ese mundo rural que tiene sus propios códigos, sus propias costumbres. Es interesante asomarse a cómo es la vida fuera de las grandes ciudades europeas.
- Es una película amable, que no vende un final feliz facilón. De lo que sí habla es de que la vida a veces te hace madurar a la fuerza, de amistad, de la posibilidad de encontrar personas que te entiendan, del deseo de salir adelante pese a las dificultades.
- Habituados a tratar cada día con ordenadores e inteligencias artificiales, ver en pantalla cómo se elabora artesanalmente el queso, produce un cierto consuelo. En ese sentido, sin caer en nostalgias que no llevan a ninguna parte, la película reivindica un mundo al que hoy no se le hace demasiado caso.
- Por la relación de amistad entre Totone y sus amigos, y por la que establecerá con Marie-Lise, la hija del fabricante de queso más exitoso de la región.




