- Porque nos muestra el valor de la hermandad y la acogida. El personaje de Mauricio, con una gran interpretación, se encuentra repentinamente acogido por la familia Carabajal, quien lo adopta como uno más y que, a pesar de la sencillez y las limitaciones económicas, le muestran un cariño que nos habla de esa tan añorada hermandad universal que trasciende los lazos de sangre.
- Porque nos hace reflexionar sobre el sentido de la vida. Podemos hacer muchas y muy buenas cosas. Podemos ser muy exitosos, gozar de gran fama. Podemos incluso tener poder en nuestras manos. Pero en el hondón del ser humano habita un deseo de que lo poco o mucho que hagamos esté dotado de significado. Necesitamos que nuestro obrar este impregnado por aquellos valores perennes como son la belleza, el bien y la verdad a los cuales nuestra alma siempre tiende.
- Porque es una película abierta a la trascendencia, quizás su gran fotografía y la vivencia de la música son muestra de ello. El filme tiene un giro inesperado, creativo, que deja entrever ese deseo que hay en la persona de ir más allá del tiempo y del espacio, de habitar definitivamente en una presencia continua de Amor, en la cual podremos cantar, bailar y adorar sin llanto ni dolor.
