- Porque es uno de los capítulos más comentados –y mejor valorados por los críticos– de toda la serie Black Mirror. Sin duda no deja a nadie indiferente.
- Por un guión sorprendente, que combina varios géneros y que va dando giros inesperados que hacen que convenga al menos un segundo visionado para comprender el sentido de algunas de las conversaciones de la primera parte.
- Por la buena recreación de los 80 –especialmente la música es fantástica–.
