Se trata, no sólo, de una esmerada producción de ficción cinematográfica en torno a la biografía de santa Teresa de Calcuta con episodios claves en su trayectoria vital y espiritual.
El relato fílmico se hace más verosímil y gana en intensidad dramática cuando presenta la sequedad espiritual de la que adoleció Madre Teresa durante muchos años en los que se mantuvo con perseverancia en la oración con fe.
Presenta en paralelo dos sufrimientos personales (de diferente intensidad y alcance, evidentemente) para mostrar que la aspiración de todo ser humano es amar y ser amado.
Rehúye de la hagiografía y presenta a Madre Teresa de cuerpo entero, con el carácter de quien funda una congregación, pero con la humildad de quien socorre a los pobres entre los pobres.
Pocas veces el audiovisual (documental o de ficción) ha mostrado con tanto gusto por los detalles Nirmal Hriday (La Casa del Corazón Puro) de Calcuta, el primer asilo para moribundos y agonizantes que abrieron las Misioneras de la Caridad.