Desde esta semana las mujeres también podrán rezar en el muro de las lamentaciones. Y yo me pregunto qué razones puede haber para prohibir a las mujeres estar en un lugar sagrado. ¿Qué concepción de la mujer y qué idea de lo religioso lleva a eso? Parece que se van dando pasitos, y desde ahora en Jerusalén se verán también mujeres rezando en este recinto sagrado, resto del templo de Jerusalén. Sin embargo, aún quedan muchos lugares santos donde no es bien recibida la mitad de la humanidad. Queda mucho camino por recorrer, y en esto me parece que todas las religiones tienen tarea pendiente.
También esta semana se ha presentado la primera campaña contra la violencia machista en Arabia Saudí. Qué triste es que tenga que haber este tipo de campañas, pero más triste era que ni siquiera se reconociera este problema, esta lacra que tantas mujeres sufren y que convierte sus vidas en pesadillas. Todavía necesitamos seguir plantando sensibilidad y justicia también en los lugares donde ya se lleva más tiempo luchando contra este horror.
Hay que celebrar los logros, pequeños avances que nos hacen creer que es posible crecer en humanidad. Que la riqueza, lo diverso y lo complementario que cada uno y cada una tenemos sólo dan fruto si están bien plantados en la igual dignidad de cada ser humano.