Suelta
tus miedos, tus proyectos, tus sueños y fracasos.
Suelta
la imagen, los agobios, los fantasmas y presiones.
Y confía
en Aquel que es tu descanso,
en Aquel que no te juzga,
en Aquel que te conoce,
en Aquel que te sueña,
en Aquel que te conoce,
en Aquel que te espera.
Suelta y confía.