Al Dios de las sorpresas

Dame, Señor, valentía para exponerme,

flexibilidad para tambalearme y fortaleza para no caer.

Dame, Señor, un corazón que se estire y una piel sensible,

Unos ojos despiertos y oídos atentos

para no ser sordo a tu paso silencioso.

Dame, Señor, sorpresas, muchas sorpresas,

para que nunca me apoltrone en el cómodo sillón

de mis inocuas seguridades.

Y si algún día pienso que lo sé todo

o creo hacer pie por los mares de mi alma,

ponme de nuevo ante el abismo del no saber

para que así recuerde, un día más,

que eres el Dios de las sorpresas insondables.

Óscar Cala, sj

Te puede interesar

PastoralSJ
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.