Quien tenga miedo a andar,
que no se suelte de la mano de su madre
quien tenga miedo a caer,
que permanezca sentado
quien tenga miedo a escalar,
que siga en el refugio
quien tenga miedo a equivocarse de camino,
que se quede en casa…
Pero quien haga todo eso
ya no podrá ser hombre,
porque lo propio del hombre es arriesgarse.
Podrá decir que ama,
pero no sabe amar,
porque amar es ser capaz de arriesgar por otros.