Ese día, veremos cara a cara a Dios.
Entonces las lágrimas se volverán sonrisas,
las despedidas reencuentros
y los anhelos abrazos.
Ese día, volveremos a ver
a los que se fueron antes de tiempo,
a los familiares que no conocimos
y a los amigos que tanto echamos de menos.
Ese día, los enfermos no volverán a sufrir,
nadie se sentirá solo,
los migrantes podrán regresar a casa
y los pobres saborearán la justicia.
Ese día, la paz ganará a la guerra,
la bondad no será cuestionada,
la belleza deslumbrará
y la verdad será desvelada.
Ese día, el tiempo y espacio
se fundirán en la eternidad,
el amor ganará a la muerte
y la vida resplandecerá para siempre.