En un primer momento, tu voz es silencio, privación, carencia, hueco molesto, pero si se sobrepasa ese momento, el silencio se hace palabra y nos sorprende la profundidad ignorada que surge de nosotros mismos desde nuestra apertura al infinito.
En un primer momento, tu voz es silencio, privación, carencia, hueco molesto, pero si se sobrepasa ese momento, el silencio se hace palabra y nos sorprende la profundidad ignorada que surge de nosotros mismos desde nuestra apertura al infinito.