La entrada de la Catedral nueva de Salamanca tiene un elemento bastante inspirador. Los pastores y los Magos, ambos adorando al Niño Dios. Porque el Evangelio es para todos, tanto para ricos como para pobres. Quizás es una gran vacuna para un mundo que nos lleva a separar, y cómo, por el contrario, el Evangelio tiende a unir y a romper las diferencias que nos separan.


Año
1513Autor
Juan RodríguezLocalización
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