Ponga un héroe en su vida, podría ser un buen mensaje en cualquier muro de nuestras ciudades. Personas ordinariamente extraordinarias, que son capaces, a base de pequeños gestos hechos así, con la misma naturalidad de quien respira, de provocar grandes cambios en los pequeños, los apartados, los olvidados… y también en cualquiera de nosotros. Personas con la capacidad de mirar más allá de lo que el ojo ve. Personas que ponen el corazón en cada cosa que hacen. Que acompañan, que cuidan, que se hacen invisibles para que los demás destaquen, y que, normalmente, se hacen más evidentes cuando faltan.
Personas como tú, como yo, que van a trabajar pero que sacan tiempo para cubrir otras necesidades en voluntariados (o simplemente cuidando en casa cuando es necesario). Que cuando ya han acabado su vida laboral, siguen estando a disposición, porque sigue habiendo tantos pies que lavar. Personas que nos cuestionan con su vida, que, por amor, se ponen al servicio igual que Aquel que amó primero (aunque no siempre lo sepan). Para que, en algún momento, nosotros pasemos del Ponga un héroe en su vida al Sea usted un héroe, una heroína.
Nos faltan héroes
Nos faltan héroes, Señor, nos faltan héroes
que te vean entre los pobres
y nos griten y los señalen ¡es el Señor!
Nos faltan héroes que te vean en los que huyen,
en los hambrientos, y nos griten que está en los pequeños,
en los perseguidos, los silenciosos, son el Señor.
Ooh… Ooh…
Nos faltan héroes, Señor, nos faltan héroes
que nos animen a salir a la calle a gritarle al mundo
que estás escondido en las mantas de aquella mujer abandonada.
Nos faltan héroes. Nos faltan héroes, Señor.
Nos faltan héroes. Nos faltan héroes, Señor.
Hemos visto a un héroe, que rezaba de rodillas,
y animaba con la voz a los sin voz.
Hemos visto a Pedro de rodillas, hemos visto a un héroe
que se dejó la vida, y la oración y el corazón.
Y la oración y el corazón en los más pobres…
Y la oración y el corazón en los más pobres…
Y la oración y el corazón en los más pobres…
Y la oración y el corazón en los más pobres…
Y la oración y el corazón… nos faltan héroes.
In memoriam Antonio Ordóñez sj