En el año 2018, tras varios meses pintando, finalicé un proyecto conformado por seis pinturas para la Capilla de la Santa Cruz en la Escuela de Secundaria Jesuita de Tampa. Mi primer gran proyecto para Estados Unidos iba de la mano de los jesuitas. Años más tarde, a principios de 2022, esta misma escuela se puso en contacto conmigo para encargarme un nuevo proyecto. Era algo iconográficamente muy distinto a todo lo que había hecho con anterioridad: un tríptico de gran formato donde se relacionan las artes y los jesuitas. Las pinturas irían situadas en el hall de entrada al nuevo edificio dedicado a las artes, el Antinori Center for the Arts.
Tras considerar una idea inicial que me dieron, decidí partir de cero. Era una representación con la que no estaba familiarizado, por lo que ha sido el proyecto con el que más he tenido que leer, y además con diferencia. Al comienzo de este proyecto tenía principalmente dos inquietudes: por un lado un hilo conductor de las tres pinturas (no quería una amalgama inconexas de personajes), y por otro lado no perder de vista el carácter religioso de la escuela. Estos dos problemas los solucioné con el eje san Francisco Javier – san Ignacio de Loyola – san Pedro Fabro. Los tres fueron compañeros en la Universidad de Paris y compartían habitación. Cada uno ocuparía el centro de cada pintura. Con ello buscaba mostrarles a los alumnos de la escuela cómo de algo tan pequeño y simple como compartir estudios con compañeros puede surgir algo tan grande como la Compañía de Jesús.
Con la elección de todos los personajes he pretendido mostrar la universalidad de la Compañía, artistas que van desde el s. XVI hasta el s. XXI, en distintos continentes, numerosas artes… La elección de artistas ha sido minuciosa, ya que había que tener en cuenta la idoneidad de los mismos para ser representados. Tras nueve meses de proyecto finalicé esta compleja empresa que me ha permitido visitar y representar a artistas a los que tanto admiro como Rubens, Bernini, Ennio Morricone o Alfred Hitchcock. Siempre estaré agradecido a la Escuela de Secundaria de los jesuitas en Tampa por contar con mis pinturas para este proyecto tan singular.