Llevamos música dentro. Y a veces sale, y se convierte en melodía, en fiesta, en encuentro.
Dicen que Leonard Cohen llegó a pedir que no se hicieran más versiones de esta canción. Pero fue en vano. Supongo que porque inspira, emociona, y envuelve. Choir! Choir! Choir! es un coro abierto de Toronto. Aprenden las canciones por separado. Luego, un día, se juntan a cantar. Y la música fluye. No siempre son tantos como en esta ocasión, que es especial. Pero, fíjate por un momento, déjate llevar. Disfruta del grupo. De la diversidad de gentes. De la comunidad que forman. Por un momento, todos envueltos en la misma historia hecha canción, construyéndola juntos, siendo parte de ella. Encontrando el equilibrio entre el solista y el grupo, entre la voz que guía y los coros que abrazan.
Alguien, un día, tuvo la loca idea de juntar a quien quisiera en estas sesiones. Porque el mundo cambia gracias a las locas ideas, a los espíritus inquietos, a los sueños convertidos en proyectos. El mundo cambia gracias a la gente que es capaz de hacer cosas junto a otra gente. El mundo cambia cuando más allá de la niebla nos atrevemos a imaginar el sol (que está). El mundo cambia cuando damos cancha a la belleza, a la esperanza, al talento, a la creatividad, al arte, a la comunidad. ¡Vamos! ¡Es hora de que los soñadores silencien a los falsos profetas!