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A través de sus páginas, la escritora vallisoletana Clara Diez cuenta su experiencia vital introduciéndose en el mundo de los quesos en una aventura fascinante. Un viaje que no solo describe un universo fascinante, sino que va entretejiendo un bonito camino y montando un fascinante modo de ver el mundo, la naturaleza, las relaciones, las personas y, por su puesto, de comprender la realidad.

En primer lugar, porque en mi humilde opinión, retrata el concepto teológico que subyacen en Laudato Sí: «todo está conectado». Es decir, cómo la alimentación -en esto caso el queso y sus infinitas variedades- nos pueden llevar a crear vínculos con la realidad, y cómo son una expresión de la relación entre el ser humano y cada realidad. 

A su vez, está escrito con una elegancia exquisita, tanto como los quesos. Es curioso, cómo un libro de quesos pueda mostrar tanta belleza al lector. A su vez, está acompañada de una preciosa selección de fotos donde merece la pena detenerse.

«Si volvemos al término «afinar», ahora lo entendemos en toda su riqueza: por un lado, nos habla de terminar un producto, de llevarlo a fin; pero también nos habla de excelencia, porque remite a la palabra fino, que significa «sin más que arreglar: perfecto, sutil, correctamente acabado». De manera que afinar significa llevar a término el queso con maestría y esmero, y es una acción que implica manejo humano. Quizá sea esta, también, la diferencia fundamental con respecto al término «madurar»: el queso no necesita al hombre para envejecer, pero sí para hacerlo bien: el afinado es una destreza humana que empodera al hombre; el resto del proceso, solo a la leche». 

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Editorial

Debate

Año de publicación

2023

Páginas

334

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