Leer Las gratitudes es sumergirse en la importancia de las palabras y los silencios, que de eso sabe mucho Jérôme, el logopeda. Las palabras que se van –como le ocurre a Michka– o las que no llegaron a decirse. Y de esas palabras, las más importantes son las de agradecimiento. A las pocas páginas de conocer a estos tres personajes, con la carga de sus pasados y las tribulaciones de sus presentes, ya nos hemos encariñado con ellos. Especialmente con la anciana protagonista y su manera de razonar y hablar.
La escritura aparentemente ligera de Delphine de Vigan consigue armar un relato redondo en el que todo cobra sentido. Una vez que empieces a leerlo no podrás parar hasta terminarlo, y el final te dejará con una entrañable sensación de paz.
«¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda. ¿A quién?» (pág. 11)
«Uno piensa que tendrá tiempo de decir las cosas, y cuando se quiere dar cuenta ya es demasiado tarde. Uno piensa que basta con dar muestras de cariño, con hacer gestos, pero no es verdad, hay que decir lo que se siente. Decir, esa palabra que tanto te gusta, Michka. Las palabras son muy importantes, no hace falta que te lo diga a ti…» (pág. 162)