Editado por Granica en 2005, lo reedita ahora Sal Terrae, y creemos que merece la pena recordar este libro, ahora que se habla tanto de esta orden religiosa. El autor rastrea, sobre todo en los primeros dos siglos de la Compañía, desde San Ignacio hasta la supresión, cuáles son las cualidades de los jesuitas que les pusieron en muchas vanguardias. Y encuentra –y desarrolla como hilo conductor del libro– cuatro cualidades que cree que están en la raíz del dinamismo jesuítico: el conocimiento de uno mismo, el ingenio para afrontar situaciones nuevas con propuestas creativas, el amor como impulso y un heroísmo capaz de afrontar grandes dificultades. «Autoconciencia, ingenio, amor, heroísmo» que son el subtítulo del libro.
«Los jesuitas no solo ofrecían la mejor educación secundaria de Europa, sino que lo hacían gratuitamente […] Exceptuando un pequeño número de experiencias cívicas aisladas, hasta entonces ni empresa ni gobierno alguno se habían propuesto llevar a cabo una iniciativa tan ambiciosa. Solo una Compañía acostumbrada a proponerse ‘metas heroicas’ podía cometer la locura de abordar un experimento tan vasto y novedoso y que exigía tan numerosa mano de obra, cuando, por otra parte, ella misma andaba escasa de personal y financiación. Los jesuitas no solo pusieron en marcha esta iniciativa, sino que la sacaron adelante con éxito». (p. 253)