Recomendar una exhortación apostólica puede ser como escuchar a tu madre decirte que no debes salir de casa sin desayunar. Y la reacción pues parecida también, porque, aunque no hay pruebas de que salir desayunado (aunque sea un vaso de leche) es bueno, tampoco hay dudas. Pues así me encuentro ahora mismo, recomendando hacer algo que probablemente te dé algo de pereza, pero de lo que solo vas a recibir cosas buenas. Así que a continuación te dejo algunas razones, que no tienen que ver tanto con el contenido de Dilexi Te sino con el continente:
- Hazte más de los de ¨yo de Jesús sí, y de la Iglesia también¨. Cuántas veces te habrás preguntando sobre la Doctrina Social de la Iglesia y cómo te cuesta conocerla mejor o entenderla. Dilexi Te constituye no solo un documento más que nos ayuda a entender lo que dice la Iglesia sobre cómo debemos afrontar nosotros, y la propia institución, nuestra relación con los más vulnerables sino que nos da pinceladas de lo que otros ya han dicho y hecho, de manera que no perdamos el norte y sepamos que la llamada a proteger la dignidad de cada persona, a trabajar por la solidaridad y el bien común, y hacerlo desde las comunidades y con las comunidades. No es algo nuevo o woke, sino arraigado en la tradición de la Iglesia y los Santos. Os animo a pasar tiempo en esa parte en la que deleitarse en cómo aquellos que nos precedieron ya luchaban por los vulnerables.
- Que no te lo cuenten otros. Como sujetos activos de esta Iglesia, también la de «I» mayúscula, debemos cultivar el interés por conocer cómo el sucesor de Pedro va interpretando los signos de los tiempos. Es complicado que tu periódico o influencer de confianza vayan a hablar de lo que ha dicho el Papa, a no ser que sea polémico. Por eso, no dejes que la opinión popular te diga cómo, qué y cuándo pensar. Cuando quieras formarte una opinión sobre un tema controvertido, ve a la fuente, al Evangelio, pero también a este tipo de documentos, ya que allí encontrarás la guía para no fallar en tu elección.
- Déjate tocar. Te animo a que a raíz de este nuevo documento que también es para ti, y a través del que Dios seguro que quiere hablarte, crees espacio en tu comunidad, con algunos compañeros o amigos, para leer y reflexionar sobre lo que se dice. Te vas a encontrar con unas palabras que lejos de ser una moralina sobre cómo deberíamos ser mejores cristianos, son un soplo del Espíritu para hacerte sentir que, aunque las mies es mucha y los obreros son pocos, nuestra labor pequeña y a veces desapercibida tiene una fuerza que nos transciende, ya que permite llevar a los olvidados, solos y descartados de nuestra sociedad el amor individual e incondicional de Jesús.
¡Y que no se te olvide desayunar!

