Hace unos días se hizo viral este vídeo de Juan Carlos Unzué, ex entrenador y ex portero de equipos como el Sevilla FC, FC Barcelona o Celta de Vigo, entre otros. El vídeo acumula más de 1,8 millones de reproducciones y cerca de 44 mil likes’ Su viralidad se debe a una reivindicación por la vida, digna siempre, que muchos parecen no querer oír. Parece ser que hay vidas de primera y de segunda dependiendo de si estás enfermo y puedes pagarte el tratamiento o no. Parece que la misericordia y la compasión no entran dentro del diccionario político, quizás porque requiera una profundidad, un coste y un compromiso que no están dispuestos a asumir.
Unzué puede afrontar la situación económica que una enfermedad así exige, pero muchos otros enfermos no: «Muchos de mis compañeros, queriendo vivir, se ven obligados a morir porque sienten que están arruinando a sus familias», dijo en una entrevista. Resulta paradójico que tenga más compasión y misericordia por los demás quien sufre la enfermedad que quien tiene poder de decisión sobre una situación así de límite.
Quizás para otras cuestiones sí hay tiempo, ganas y dinero, pero para garantizar la vida a quien así lo quiere no tanto. Bajo el mantra de muerte digna, cuesta menos facilitar la eutanasia de una persona que apostar por sus cuidados. Y aquí, sin querer estamos anestesiados y quizás engañados. Apostemos, pues, por la vida digna, en todas sus etapas y digamos no a la cultura de la muerte.