Tan simple, tan directo, y tan poderoso. La incapacidad para comprender las diferencias acaba con nosotros. La tentación de absolutizar el conflicto, y construir sobre él muros y barreras, es enorme y se da en muchos frentes. La tolerancia no es relativismo. Es la conciencia de que hay perspectivas que no se pueden imponer. Es la aceptación de la diversidad legítima. Es el verdadero respeto de la libertad ajena. Desgraciadamente hay muchos que quieren resolver la diferencia a pedradas, anulando a quien piensa, vive u opina distinto.

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