Afirmar que creemos en Jesucristo, Hijo único de Dios, significa que creemos en que Dios ha querido identificarse completamente con nosotros por medio de Jesús, su único Hijo: ”porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16). Lo que hay detrás de esta fórmula de nuestra fe es un misterio de amor inefable pues Dios, el Adonai, palabra hebrea que a menudo se usa en el Antiguo Testamento cuyo significado es «mi señor”; en Jesús, con Jesús y por Jesús, ese Dios todopoderoso también se nos revela como Abbá, palabra aramea cuyo significado es “papá”, un término de Jesús para referirse a Yahvé en una relación cercana, madura y filial. Tal como lo diría el Papa Juan Pablo I “Dios es Padre, más aún, es madre”.

Solamente el Hijo Único de Dios puede conocer y vivir plenamente la voluntad del Padre como algo absolutamente propio, en Él encontramos la plenitud de la gracia y la revelación del “Altísimo”, pues Él es el principio, el medio y el fin: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6). Sólo en el Hijo, nosotros, criaturas del Creador, hemos sido adoptados en su filiación divina: “mirad qué amor tan singular nos ha tenido el Padre que no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos”. (1Jn, 3,1); y como Jesús, estamos llamados a vivir en plena comunión con el Padre: “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” (Jn 14,11).

Somos hijos en el Hijo. Éste es el radical aporte del Cristianismo, la dignidad absoluta que de la Encarnación de Jesús de Nazaret hemos recibido. Que al profesar nuestra fe, hagamos consciencia de la invitación que hemos recibido, en el Hijo, de ser hermanos todos, a imagen y semejanza del Padre, que como nos lo recuerda San Ireneo, toda nuestra vida sea un itinerario de un lento acostumbrarnos, el uno al otro: Dios y el hombre; pues en Jesús, el Padre aprendió las costumbres y modos humanos, y el hombre, al ver al Verbo encarnado, está llamado a aprender los modos divinos.

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