Acaba de fallecer, en Barcelona, tras años luchando con el cáncer, Marc Vilarassau. Jesuita, amigo, colaborador de esta página desde sus inicios, hace ya diez años. La muerte, la enfermedad, no entiende muchas veces de edades, ni de vocaciones, ni de sueños…. y ese es su misterio, y esa es nuestra fragilidad, y esa es la última gran pregunta. Una vez escribía Marc sobre los fondos reservados vitales, un artículo precioso, en el que decía: «Uno reconoce que ha vivido a fondo, que se ha entregado generosamente, que ha dado mucho; pero, aun así, por poco honesto que sea consigo mismo, descubre como un resto de insatisfacción todavía no exorcizado, una insobornable sensación de que algo falta, de que esa carta que uno guarda disimuladamente bajo la manga tiene también que entrar en el juego, si no quiere que le quede fijada en el rostro esa sonrisa que muestra sólo la mitad del alma.» Querido Marc, tú lo diste todo, nada te reservaste, en la salud y en la enfermedad. Sonríe, amigo, con la tranquila alegría de quien ha dado todo lo que tenía. Seguro que donde quiera que estés ya estás en otra Presencia, ya tienes las respuestas, ya acabó para ti la búsqueda, ya estás donde acaba el Camino, donde se conoce la Verdad, donde se celebra la Vida. Un fuerte abrazo, compañero, con todo el dolor y toda la esperanza.

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