Poco menos de un año después, 349 días para ser exactos, ha tardado en volver Rafael Nadal a las pistas de tenis. Y lo ha hecho como lo hizo antes del parón de casi un año: con victoria. El periodista Manuel Jabois le ha entrevistado para El País Semanal y he sacado varias conclusiones interesantes que Nadal ha dejado en esta profunda charla.
«No permitas que si las cosas no vayan bien te frustre, porque soy muy consciente de que las cosas no van a ir bien» dice el tenista español. Qué importante es, en esta vida, saber que no todo irá ‘de 10’, porque las circunstancias pueden variar y el día tornará en alguna ocasión, con seguridad, a oscuro. ¿Por qué no, mejor, saber gestionar la frustración?
Y es que Nadal ha pasado por varias lesiones. Este hecho es algo que, a pesar de lo desesperante que puede llegar a ser para alguien que vive profesionalmente de su físico, ha enseñado al tenista a que el dolor también puede tener un sentido: «Me ha ayudado a valorar las cosas buenas que me han pasado».
También ha perdido, como es natural en esta vida. La pregunta que creo que habría que hacerse tras una derrota sería: «¿Qué he entregado?». Es algo así como lo que pienso que Dios me preguntará el día que me siente frente a Él: «¿Cuánto has amado?» Y espero que mi respuesta se parezca a lo que Nadal le dice a Jabois respecto a la derrota frente a Djokovic en 2012: «He dado lo máximo que tenía. He jugado bien. He luchado hasta el final. He perdido. Me ha ganado el otro». Y no pasa nada.
Y tampoco pasa nada por admitir que todos diremos adiós en algún momento: a la vida, a personas, a proyectos. Es ley de vida. Lo mejor es hacerlo con la máxima naturalidad posible siendo consciente de la finitud de las relaciones y la vida. El mallorquín vive esta realidad siendo plenamente consciente de esto, y qué paz: «Como sé que esto es muy difícil, me preparo para el adiós».