El sábado pasado me sorprendió –y encantó– ver que el doodle del día estaba dedicado a Concepción Arenal, esa gran mujer, por desgracia poco conocida, que fue una visionaria de la educación y de la reinserción de delincuentes. Arenal tenía que vestirse de hombre para ir a la universidad o para participar en tertulias, que en su tiempo estaban vetadas a las mujeres. Arenal tiene dos frases brillantes que son de total actualidad.

La primera es: «odia el delito y compadece al delincuente». En España se ha modificado el código penal 25 veces los últimos 20 años, siempre para endurecer las penas, fomentando un pensamiento simplista en el que los ‘buenos’ nos tenemos que proteger de los ‘malos’, que deben estar encerrados. Los últimos cambios, hechos tras el atentado en París para luchar contra el terrorismo, han sido para resucitar la cadena perpetua, que se abolió al acabar la dictadura. Lo próximo ¿qué será? ¿la pena de muerte?

En los países que tienden a aumentar las penas, como Estados Unidos, además de tener más cárceles repletas, sigue aumentando la delincuencia. Mientras que en los países que se esfuerzan en la reinserción de los delincuentes, como los nórdicos, esta disminuye. Además de los profetas de calamidades que siempre buscan fomentar el castigo, también hay especialistas en derecho penal y criminólogos que proponen una política criminal diferente, menos represiva y más inclusiva.

La otra frase de Arenal es: «abrid escuelas y se cerrarán cárceles».

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