La tentación: ese maravilloso deseo que nos acaricia la vista, la piel, la lengua y, sobre todo, la imaginación. Oscar Wilde decía que la mejor forma de evitarla era cayendo en ella. El problema no es lo que nos promete, sino el precio que nos oculta.

Y tú: ¿Cómo haces para no caer? ¿Cuáles crees que son tus puntos débiles?

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