Eso de la «operación bikini» es un mantra de estas épocas en que, al menos en España, va a comenzar el verano. Coinciden las comidas de fin de curso con la preocupación por tener tipín cuando llegue el verano. La veda se ha abierto. ¡Disparen contra las lorzas!
De verdad, no tiene sentido. Es excesiva la presión que hace que tantas personas se sientan mal por no parecerse a las modelos o los futbolistas cachas tan en boga últimamente. Proponemos desde aquí un programa alternativo. El método “Pilatos” –evidente juego de palabras facilón con el famosísimo Pilates– consiste en no lavarse las manos (metafóricamente) en el mundo en que nos toca vivir. Consiste en trabajarse por dentro. En concreto: el sentido común; la cordura; un poquito de benevolencia; la conciencia del poder que cada uno de nosotros atesoramos, en nuestro talento y nuestras capacidades; la mirada compasiva, capaz de detectar lo necesario; domesticar la queja; potenciar una imaginación capaz de abrir las puertas a un bien más posible; atreverse a creer.
Y un poquito de footing o una pachanga con los amigos si hace falta despejarse un poco.