¿Te has preguntado alguna vez por qué a algunas personas les divierte ver cómo otros juegan a videojuegos? Entre muchos jóvenes el ver videos en plataformas como YouTube o Twitch de algunos streamers famosos como Ibai, Rubius o Auronplay, se ha convertido en la actividad lúdica-recreativa que más realizan. Entre ellos, los videojuegos de simulación han ganado un lugar especial en el mundo del streaming con juegos antiguos como Flight Simulator (que ya acercaban a nuestros mayores a pilotar un avión) o algún título más reciente comoSupermarket Simulator (en el que realizas tareas ordinarias de trabajo de reponedor o cajero).
Pero estos juegos van más allá del simple pasatiempo, ya que nos ofrecen una oportunidad de crecer en compasión por el trabajo del otro, y en los que el público puede ponerse en los zapatos de personas cuya labor es muchas veces invisible pero esencial para todos.
Desde una mirada pastoral, el atractivo de estos juegos puede estar en la forma con la que Dios nos pide acercarnos a la realidad de nuestros hermanos. Al sumergirnos en estas simulaciones, el jugador encuentra un espacio para apreciar las experiencias ajenas, ampliando su sensibilidad hacia el otro, participando deuna gran comunión y unión de ánimos. Lo que parece un solo juego que nos divierte, nos enseña sin darnos cuenta, a reconocer que todo rol social tiene gran valor, nos muestra cuáles son las dificultades que presentan y cómo en las diversas experiencias nos acercamos a lo cotidiano de nuestra sociedad.