Mirar solo hacia atrás, para ver si cumplimos o no los propósitos que nos habíamos hecho, no parece que lleve a ningún sitio. Dios dirige nuestra mirada siempre hacia delante, hacia las oportunidades, esperanza y posibilidades que hay en el camino. Para nosotros, y para los otros. Así nos lo proponen esta semana en Voces Esejota.

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