Exposición del Santísimo y canto

Venimos ante tu presencia Jesús porque poco a poco vamos notando que te necesitamos en medio de nuestra vida. Hay momentos en nuestra semana e instantes en nuestros días en los que nuestro corazón suspira por ti y desea encontrarse contigo, latir a tu ritmo, y pasar un tiempo serenos y en paz, sintiendo esa paz que sólo tú sabes dar a nuestro interior. Señor, en este momento en el que la oración se hace especialmente intensa al sentirte tan cerca de nosotros, te pedimos que nos ayudes a darnos cuenta de que tú estás presente en todos los momentos de nuestra vida. Ayúdanos a volvernos a ti en cada momento, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, para que así, velando o incluso dormidos, podamos ser siempre tuyos.

Canto

Del evangelio según san Marcos 12, 28-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

“Escucha Israel”; escucha. Es el primer mandamiento de todos: escuchar lo que dice el Señor. Así nos lo recuerda el salmista: “voy a escuchar lo que dice el Señor, Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos, y a los que se convierten de corazón”[1]. “Escucha hija mira, inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna, prendado está el rey de tu belleza”[2]. Esa fue la invitación del Padre al señalar a Jesucristo en la transfiguración: “Éste es mi hijo, el amado, escuchadlo”[3]. De ello se hizo eco el propio Jesús, cuando al predicar en parábolas afirmaba “el que tenga oídos, que oiga”[4]. Y es algo que está presente también en el último libro de la Biblia, en la llamada del autor del Apocalipsis a “oír lo que el Espíritu dice a las iglesias”[5]. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo nos invitan pues a hacer silencio y a escuchar. A tratar de acallar los ruidos y darnos cuenta de que, cuando prescindimos de lo superfluo, encontramos una voz tan firme como sutil, que tiene algo que decir a nuestra vida. Vale la pena y pararse a escuchar lo que Dios está diciendo hoy a nuestro corazón.

Canto

Al escuchar en medio del silencio, uno descubre que tu voz suena y sabe a amor Señor. Al amor de un Dios que desea hablar a sus hijos, aunque estos se encuentren tantas veces distraídos con otras cosas. Tu voz Señor, es la voz del maestro que entra en el aula y espera a que los alumnos hagan silencio y se calmen, sin enfadarse ni gritar, aunque a veces se disguste. Tu voz, es la melodía del músico que interpreta su partitura en medio de un evento, mientras los asistentes hablan de sus cosas, o están distraídos por los alimentos y las bebidas. Tu voz, es una voz que requiere no solo una escucha atenta, sino también un corazón encendido y dispuesto a dejarse inspirar por tu susurro. Porque esa voz que suena y sabe a amor, solamente nos impulsa a amar, a conocer el amor y a permanecer en él, haciendo de nuestra vida un Evangelio. Esa voz a la que nos invitas a escuchar nos invita a amarte a ti sobre todas las cosas, y al prójimo (al cercano y al lejano, al amigo y al enemigo) como a nosotros mismos. Señor, en esta oración queremos escucharte para así poder amarte y, contigo y por ti, amar a nuestros hermanos.

Canto, bendición reserva y canto a María


[1] Salmo 85, 8.

[2] Salmo 44, 11-12.

[3] Marcos 9, 7.

[4] Mateo 13,9.

[5] Apocalipsis 2, 29.

Te puede interesar

No se encontraron resultados

La página solicitada no pudo encontrarse. Trate de perfeccionar su búsqueda o utilice la navegación para localizar la entrada.