Aceptar algunas cosas como son
«Jesús le replicó: 'Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve a anunciar el reinado de Dios'» (Lc 9, 60)
Esto puede parecer un poco derrotista. Pero no se trata del conformismo de los pesimistas. No se trata de afirmar que nada puede cambiar. Hay muchas cosas que pueden cambiar, a mejor, en la propia vida y en otras vidas. Hay mucho bueno por construir. Pero también es cierto que hay cosas que no podemos forzar: sentimientos, aciertos, errores, situaciones que nos desbordan, rechazos, capacidades… A veces lo mejor que uno puede hacer es decirse a sí mismo: «¡Venga! ¡Espabila! ¡Acepta lo que hay!». Entonces dejas de intentar embestir a un muro que solo te produce dolor de cabeza. Y quizás entonces estás, al fin, preparado para salir adelante.
- ¿Hay en mi vida batallas estériles? ¿Cuáles son?
- ¿Qué tengo que aceptar en mi presente?
La hervida realidad
Manjar de dioses,
hervida realidad,
yo la prefiero,
a la mentira de la dulce alondra.
La cruda realidad
venga a mi pecho
que la herviré en mi horno
horas y horas
hasta dejarla tierna y aparente.
Hervida realidad
herida tenue
caricia al fin,
maestra, hermana, rosa,
–aunque te pinche es de verdad–.
Lo otro, la imaginada fantasía,
¡mentira pura!
(sólo salvable en un chiste de risa
o en un cuento de niños)
(Gloria Fuertes)