La espera

«Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación» (Lc 21,28)

Esperamos con ganas, con deseo. Esperamos, pero no sentados, sino muy vivos. Miramos alrededor. Buscando… el bien para nosotros y para otros. Escuchando tu palabra y las palabras de quienes están cerca. Esperamos, sin desesperar. Conscientes de que estás cerca, de que hay que aprender a descubrirte. Con la ilusión renacida de quien escucha otra vez un anuncio deseado. Te necesitamos, y por eso ahí va un grito, una plegaria, un canto: “Ven”

¿Cómo quiero vivir yo este adviento que comienza?  

¿Qué hay en mi vida de búsqueda, sueño, anhelo, deseo… vinculado con Dios?

Retablo


El Ángel de la espera
está despierto.
Y su lámpara evangeliza
desde la tarde morada de Adviento.


Todas las cosas, en vigilia
como Israel, esperan
tu advenimiento.
La Esposa, en vela, te ha enviado
por los caminos oscuros de invierno
el Amigo de las bodas.
Y en la ilusión de unos pañales nuevos
te espera también tu Madre,
oh Cristo de su seno.


.. ¡Y hasta los que no te esperan,
te están llamando en su desasosiego...!


(Pere Casaldáliga)

PastoralSJ
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