Tiempo de paz

«Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar» (Mc 6,46)

Sí. A ratos me hace falta. Un instante gratuito. Música suave, o ninguna. Un paseo que me conduzca a ningún sitio. Una página de la agenda vacía de citas. Un rato de ensimismamiento, para pensar en poco, para reír por nada, para cantar sin tono. Hace falta un rato de sereno abandono en el que deje de estar alerta, en el que no haya nada que mostrar, un rato de sinceridad sin juicio. Hace falta un tiempo perdido, un tiempo de silencio, para el encuentro con uno mismo.  Y por eso a veces tengo que frenar.

 

¿Qué espacios de quietud hay en mi vida?

¿Cómo hacer espacios de paz en mi día a día?

Silencio

 

Así como en el fondo de la música

brota una nota

que mientras vibra crece y se adelgaza

hasta que en otra música enmudece,

brota del fondo del silencio

otro silencio, aguda torre, espada,

y sube y crece y nos suspende

y mientras sube caen 

recuerdos, esperanzas,

las pequeñas mentiras y las grandes,

y queremos gritar y en la garganta

se desvanece el grito:

desembocamos al silencio

en donde los silencios enmudecen

 

Octavio Paz