
Amor físico
«Que me bese con besos de su boca. Son mejores que el vino tus amores» (Ct 1, 2)
El amor también es físico. Y hoy, cuando hay mucho contacto físico sin amor o mucho roce sin entrega es necesario sentir esa unidad. El amor toca, y así se expresa de muchos modos la relación más profunda, más estable, o más hecha de interés genuino por otra persona. El amor, atento al otro, se expresa físicamente: en la madre que mece al bebé, los amigos que se palmean la espalda, la pareja que, con su intimidad, intercambia promesas y besos, el padre anciano que pasea del brazo de su hijo, la cabeza que se apoya en un hombro amigo… hablamos también con el cuerpo.
Piensa un poco en la manera en que, en tu vida, el amor se expresa en gestos, en la medida en que comunicas sin palabras, con tu forma de estar, de acoger, de tratar al otro…
De amar mucho
De amar mucho tienes
la mirada que persuade,
la mirada que vence
y que turba…
De amar mucho dejas
amor en torno tuyo,
el que pasa cerca
y se huele el perfume en el pecho
viene a creer que tiene la rosa dentro.
Dulce María Loynaz