- Aunque pueda sonar a tópico, y seguramente esto lo repita la publicidad como gancho, por Sofía Loren, que vuelve al cine con esta película tras diez años sin rodar. Ya en la ancianidad, brilla en cada escena, en un papel invernal que le viene como anillo al dedo.
- Por Ibrahima Gueve, que como Momo transmite vulnerabilidad, dureza, inseguridad, dolor… pero también alegría, cariño o determinación, y lleva sobre sus hombros el peso de la película.
- Por el guion, que consigue sortear lo que hubiera sido una tentación de forzar la lágrima fácil del espectador, y sin embargo tiene momentos de enorme ternura. En su contra, quizás se queda corto en el esbozo de alguno de los personajes secundarios.
- Por la fotografía, que recoge el ambiente de Bari, en la costa del sur de Italia, con momentos de especial belleza como un amanecer junto al mar.
- La canción final, bellísima Io Sì, interpretada por Laura Pausini
