- Porque es una historia preciosa, bien contada, un cuento moderno, un canto de esperanza y una de esas películas de valores que de vez en cuando necesitamos reencontrar, para no olvidarnos de las posibilidades de la humanidad que atesoramos.
- Por las interpretaciones. Especialmente la de Shia LaBeouf. Por fin, tras años de papeles bastante olvidables en superproducciones como Transformers y otros bodrios, nos encontramos aquí con un actor capaz de transmitir alegría, tristeza, amor, diversión, preocupación… y convierte a su Tyler en un amigo que todos querríamos tener.
- Por la banda sonora, que acompaña y envuelve en los momentos de viajes.
- Prácticamente todo ocurre al aire libre, y el paisaje de la costa de Carolina del Norte se convierte en el mejor escenario para este viaje.
- Por el guion lleno de humor y de personajes secundarios que, en breves apariciones, brillan (especialmente Bruce Dern como Carl).
