- Porque es una comedia muy bien trabada, y reírse con ganas es muy de agradecer en estos tiempos.
- Porque desde El milagro del P. Tinto, Javier Fesser ha demostrado ser un director original y solvente, con un estilo propio que aquí despliega con acierto.
- Por un guion ágil y bien trabado, que consigue entretener, divertir y también emocionar, sin caer por ello en el sentimentalismo.
- Por los actores, y especialmente Javier Gutiérrez, que lleva el peso de la cinta. Se ha convertido en uno de los actores más versátiles y convincentes del panorama nacional.
