- Rodrigo Sorogoyen es un director que sabe imprimir carácter a historias con registros bien distintos. Ya sea el género policiaco en Que Dios nos perdone, la intriga política en El Reino, el suspense en Madre –sobre todo la versión en cortometraje–, o, en este caso, el drama.
- El guion es redondo. Va mucho más allá de lo que podría esperarse viendo la sinopsis o el tráiler (uno podría pensar que va a ver un Perros de paja en versión gallega y rural, pero eso es tan solo una de las posibles líneas de la historia). Está, además, basado en una historia real.
- Los actores están todos soberbios. Se agradece además que ninguno de ellos sea excesivamente conocido, pues inmediatamente te sumergen en sus personajes. Mención especial merece Luis Zahera, en su papel de Xan, salvaje, directo, brutal.
- Toda la factura técnica es impecable, con mención especial a una fotografía que capta perfectamente la belleza fría de una tierra apartada (la película se rodó en El Bierzo), y una banda sonora que acompaña sutilmente, sin forzar una tensión que ya de por sí brota con la historia. 14 nominaciones a los Goya certifican la calidad de su factura.




