Tu mano apretada

No pida yo nunca estar libre de peligros,

sino denuedo para afrontarlos.

No quiera yo que se apaguen mis dolores,

sino que sepa dominarlos mi corazón.

No busque yo amigos

por el campo de batalla de la vida

sino más fuerza en mí.

No anhele yo,

con afán temeroso, ser salvado

sino esperanza de conquistar,

paciente, mi libertad.

¡No sea yo tan cobarde, Señor,

que quiera tu misericordia en mi triunfo,

 sino tu mano apretada en mi fracaso!

Te puede interesar

PastoralSJ
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.