Que no te vea, Señor,
solo en lo pobre.
que no te vea, Señor,
solo en la sabiduría.
Que te vea, en todo y en todos,
sin hacer excepción.
Que te deje entrar en mi sencilla habitación,
muchas veces desordenada, sucia y vacía.
Transfórmame por dentro,
conduce mi corazón por el camino de la vida,
una vida que se presenta apasionante,
llena de Ti y de otros.
Necesito de la alegría de saberte nacido,
de saberte conmigo,
para poder ser esperanza
en medio de un mundo
tan vacío de ella.
Conviérteme, Señor a tu pobreza,
sencillez y misericordia.
Yo, te espero con mi humilde pesebre,
y te lo ofrezco para que nazcas en él.
Solo te pido que no dejes de mirarme.
Solo quiero ver tu sonrisa de niño.
Solamente, Señor, no me dejes solo.