A veces toca apretar los dientes,
Llorar por dentro,
Callar por fuera,
Y confiar sin saber muy bien cómo,
Ni tampoco por qué.
A veces toca vivir en la confusión,
Y no darle demasiadas vueltas,
Y no molestar a Dios,
Para que pueda hacer su labor
A través del doloroso paso del tiempo.
A veces toca esperar,
Sencillamente esperar,
A que baje la marea,
A que vuelva la luz,
A que amaine el temporal.
A veces toca probar la fe,
Y descubrir que Tú nos sostienes
en la noche,
que meces la barca con dulzura
Cuando creemos que todo se hunde.